Antes de comenzar la visita a Lisboa y después de intensas rutas con el coche durante 4 días por el centro de Portugal, me surgen varios dilemas. A saber, ¿por dónde empiezo a visitar la ciudad? ¿Qué visito? ¿dejo el coche alquilado, aparcado en el hotel? De todas las dudas la última es la que despejo rápidamente. SI. No merece la pena moverse en coche por Lisboa, lo que hubiese gastado en gasolina y parkings, sería más caro que el transporte público.En cuanto a por dónde empezar, ahora después de muchas pérdidas inútiles de tiempo, lo tengo claro. Aconsejo empezar por la Plaza Restauradores (gran plaza con varios teatros). Allí, en un edificio de color rosa está la oficina de información y turismo. Muy eficientes. Lo mejor, coger planos y dejarte informar. Luego fui al edificio de enfrente, Correos y compré la tarjeta 7 colinas. Con esta tarjeta te puedes subir y bajar cuantas veces quieras de todos los transportes públicos, tranvías (eléctrico que le llaman allí), metro, bus, elevadores, hasta barco para pasar al otro margen Sur del Tajo. Puedes cargar la tarjeta para 1, 2 ó 3 días. Resulta realmente económico. Para informarte de lo más práctico de Lisboa, por ej. precios de transportes, museos, horarios etc., me vino muy bien esta página Web. Por si falla el hipervínculo, te escribo la página porque es realmente práctica: www.disfrutalisboa.com
Como verás ya casi no hay más que explicar después de leerla. Ahora bien, siempre es mejor algunos consejillos.
Por ej. para centrarnos, la parte más histórica de Lisboa va de Norte a Sur, desde plaza de Restauradores y la Plaza Pedro IV , hasta Praça do Comerço (por cierto en obras desde hace la tira de tiempo). Bajando desde Restauradores a la derecha están los barrios de Alta, Chiado, Baixa. Y a la izquierda Alfama, la zona de la Catedral (allí le dicen la SÉ, de Sede Episcopal) y el Castelo de Sao Jorge. Dejamos a parte la zona de Belem, porque le dedicaré todo un día, el 6º, de mi estancia en Portugal.
No tiene sentido coger un bus turístico, porque a pesar de las explicaciones (las encuentras en cualquier guía) sale súper caro y cogiendo el tranvía 12 o el 28, hace las mismas funciones. El 28 tiene casi 7 Km. de recorrido más que el 12, pero en verano va a tope. Pero merece la pena. Es espectacular, nada cómodo pero muy típico. Eso sí yo no tuve problema con los carteristas, pero deben de haberlos porque tanto en los tranvías o eléctricos como le dicen ellos, como en el metro o bus, hay carteles avisando del peligro.
Como ves, por el recorrido del 28 puedes darte varios paseos (siempre que hayas cogido la tarjeta 7 colinas) desde el origen (Plaza Martim Moriz) hasta el final (Campo de Ourique) e ir bajando en los puntos que te interesen. O hacer todo el recorrido de un tirón y así descansas y ves el paisaje urbano. En algunos tramos corren que se las pelan. Es curioso ver como se cuelga por fuera del tranvía la gente para no pagar el viaje o bien los niños como diversión, travesura o exhibición ante los turistas.
Yo empecé caminando desde plaza Restauradores, hasta la estación de tren Rossio. Esta se debe visitar. Es bonita. Por cierto, hacían una exposición sobre el Titanic, bien interesante, pero carísima, 12€ la entrada. Luego, sigues bajando y visitas la Plaza Pedro IV, donde está el majestuoso Teatro Nacional. (Teatro D. María II). Después, para recorrer el barrio de Baixa, se puede bajar por la Rua do Oro o bien, por la Rua Augusta, o cualquiera de las que bajan hasta la Praça do Comerço. La más típica, transitada y donde más tiendas hay, es la Rua Augusta. Por el camino, en una de las callejuelas de la derecha, te encuentras el elevador de Santa Justa. Sirve de comunicación de la Baixa con Chiado y Barrio Alto, pero actualmente es más que nada atracción turística, porque tiene un mirador de toda la ciudad impresionante. La zona de Chiado y Barrio Alto decidí verlas por la tarde /noche, así que volví a bajar en el elevador. Por cierto, caben muchas personas en él (no deja de ser un ascensor antiguo) y las colas van más o menos rápidas. Si tienes la tarjeta 7 colinas va incluido el trayecto.
Pl. Restauradores
Pl. Pedro IV
Pl. Pedro IV
Teatro Nacional (D. María II)
Otra vez en la Rua Augusta, bajo hasta la Pr. do Comerço. Es una pena que esté en obras, porque es una bonita plaza y porque todo lo que es la orilla y majestuosidad del río Tajo no se puede llegar a apreciar. Alrededor de la plaza, dos curiosidades: las magníficas fotografías a tamaño póster de hechos acaecidos a lo largo de la historia en esa plaza. Y la segunda, que no puedes detenerte suficiente tiempo a admirarlas, por el fortísimo olor a orines que hay en toda la zona. Subí de nuevo por la Rua Augusta con el objetivo de coger en la calle Conciençao el 28 y subir directamente al Castillo de Sao Jorge. Se me ocurrió comer en la zona, en una de las múltiples terrazas de la Rua Augusta. Error. Caro y baja calidad. Luego me di cuenta que en la zona del Castillo y alrededores había mejores sitios para comer. Curiosidad: la forma tan descarada que tienen para ofrecerte droga por la calle.
Elevador de Sta. Justa
Rua Vía Augusta
Praça do Comercio
Rua Vía Augusta
Plano del tranvía 28
Después de la comida, subo con el 28 al Castillo. Al llegar, la verdad es que no sabes por donde empezar. No hay un indicador del recorrido a seguir. Yo lo primero que hice fue ver las hermosas vistas de la ciudad desde los laterales del castillo. Luego es cuestión de respirar hondo y comenzar a subir escaleras y murallas. No hace falta subir a las 11 torres. Una de las más interesante es la Torre de Ulises, por su periscopio. Cuenta la leyenda que Ulises fundó la ciudad de Lisboa. Es en la torre que lleva su nombre donde, antiguamente, se guardó el Archivo Real y donde está instalado el Periscopio, un sistema óptico inventado por Leonardo Da Vinci en el s. XVI, el único existente en Portugal, que permite observar la ciudad en 360º en tiempo real, si la climatología lo permite. OJO, CIERRAN ESTA TORRE A LAS 17 h.
Después, antes de bajar del castillo es conveniente visitar los puestos ambulantes de artesanía. A destacar una chica haciendo carteritas, bolsos y otras maravillas, con material reciclado (tetrabriks, revistas, paquetes de café, etc.)
Allí mismo se coge un bus (el 37) que te dejará en la Catedral. Le llaman la Sé y creo recordar que se debe a que es Sede Episcopal. El rosetón central es precioso. Después de la Catedral, bajé caminando por el Barrio Alfama. Absolutamente genuino, ropas tendidas, casas semi derrumbadas, pero con encanto. Este arrabal humilde antiguo de pescadores, esencia de Lisboa, barrio de olores y sentimientos, de tímida vida, cuna del fado: expresión de la melancolía del pueblo portugués. Se pueden encontrar tiendecitas de lo más originales. Por ej. en la calle Rua dos Bacalhoeiros, nos encontramos con la tienda: CONSERVEIRA DE LISBOA. ARMAZENTISTA, FUNDADA EM 1.930. Es una tienda donde hay todo tipos de latas de conservas, miles. Las empaquetan para regalo con gran estilo. Otro edificio interesante para visitar es La casa dos Bicos.
Acabo por la noche con la zona de Chiado y parte Alta, la zona donde por la mañana llegué con el elevador de Santa Justa desde la parte Baixa.
Otra forma de llegar desde Chiado hasta la Baixa, es entrando a los grandes almacenes Chiado o por las escaleras del metro.
En el Barrio Alto, lo mejor es pasear por sus calles, empaparte de sus edificios , de los muchísimos restaurantes de todos los precios, de lo locales de Fados. En especial mención, la Rua Garret, donde nos encontraremos con el café A Brasiliera. Precioso, no me extraña que le encantara a Fernando Pessoa y que esté allí sentado en una de sus mesas como estatua de bronce. Además, en la calle suele haber actuaciones de artistas ambulantes. Bajando están los almacenes Chiados, que antes mencioné y por lo tanto la estación de metro del mismo nombre.
Igualmente, pasar por la Praça Luis de Camoes, escenario de la Revolución de los Claveles. 
La Sé
Café A Brasilera
Tienda de latas de conservas
